Un debate existe entre nosotros, hombres y mujeres de estos tiempos: ¿son buenas o malas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, también llamadas TIC?
La evolución de la humanidad no había conocido el desarrollo de la interconexión social que se produce hoy, cuando el alto avance de las TIC ha impulsado novedosas tendencias en los procesos de comunicación entre las personas.
En tal sentido, dispositivos como los teléfonos móviles, las computadoras, los iPad, los tablets, los relojes inteligentes, entre otros, permiten comunicarnos, independientemente de las distancias geográficas. Gracias a estas tecnologías, podemos conectar con familia y amigos en todo el orbe.
Otra funcionalidad insoslayable de las TIC es su utilidad en las prácticas del teletrabajo o trabajo a distancia, cuyo origen en los años 70 del siglo pasado se sitúa, precisamente, vinculado al desarrollo de ellas. En general, la incorporación de esos modernos artefactos a las actividades de la economía, el comercio y los servicios fomenta la eficiencia.
También pueden ser empleadas en los sistemas de salud. Mientras, su implementación en los distintos niveles educativos favorece la didáctica, así como el acceso a la investigación y el conocimiento.
Sin embargo, el actual escenario no está exento de contradicciones. Cierto es que la sociedad nuestra resulta la más conectada de la historia humana; pero, para algunos, solo superficialmente. Estudiosos del tópico lo han advertido: las TIC influyen en que algunos individuos se tornen más introvertidos. A su vez, su manejo excesivo atenta contra la realización de otras actividades cotidianas que, a pesar de su importancia, en ocasiones llegan a ser postergadas o desatendidas.
En cualquier caso, las TIC son neutrales a priori. No son malas o buenas solo porque sí. Su uso depende del ser humano. Somos nosotros quienes le podemos dar un empleo positivo o negativo.
De tal modo, el debate sobre el tema amerita mayor presencia en los medios de comunicación y espacios docentes.
Reflexionar sobre la pertinencia de las TIC, sus potencialidades e implicaciones desfavorables sería conveniente. Ello contribuiría a aumentar el necesario conocimiento ciudadano en torno al asunto.